Postre clásico con bizcochuelo de vainilla humedecido con licor, relleno de dulce de leche, nueces, crema de leche y duraznos.
Decorada con crema chantilly, crocante, dulce de leche y cerezas.
Aunque su origen es incierto, su nombre delata sus orígenes en la rica y creativa cocina inglesa de la época isabelina. Originalmente se elaboraba con una base de masa blanda y fermentada, empapada en vino dulce (como Oporto u otro), enriquecida con trozos de fruta o bayas y cubierta con crema. Su elaboración constituía una forma de aprovechar las sobras de los ricos postres de la época.